jueves, 24 de junio de 2010

Capítulo treinta y cuatro.

Eran las once y quince minutos de la noche. Estaba tirada en la cama vestida para la ocasión. Falda alta azul, camisa básica y cuñas azules.

“Te llamo dentro de media hora”.

Había pasado más de dos horas desde que esas palabras salieron de la boca de Luis. Dos inmensas horas. ¿Por qué no me había llamado? Me levanté de la cama y fui hasta la ventana, en su casa todas las luces estaban apagadas. Cogí el móvil y lo llamé por octava vez en la noche. “El teléfono al que llama está apagado o fuera de cobertura”.

Tiré el móvil a la cama muy cabreada y salí de casa. Iba a irme de fiesta con o sin él, lo necesitaba. Caminé por las calles oscuras, nadie habitaba en ellas a aquella hora. Llegué a la avenida en menos de diez minutos, reconocí a algunas chicas que me había presentado Fer en aquel día de playa, entre ellas Laura, la ex de Luis. Me acerqué a ellas y las saludé a todas, eran cinco.

-¿Esperáis a alguien? – Pregunté.
-¡Sí a los chicos! – Me dijo Raquel, la más guapa de todas, rubia de ojos azules.
-Ah vale… - Dije desanimada, lo menos que me apetecía era ver al asqueroso de Fer.
-¿Puedo hablar contigo? – Una voz sonó a mis espaldas. Me giré y vi a Laura, con la cabeza agachada.

Asentí y fuimos a sentarnos en unas rocas, donde las olas rompían con fuerza contra ellas.

-Siento lo de esta tarde… No sabía que Luis tuviera a otra.
-Ya bueno, no pasa nada, estamos bien. – Mentí, evitándole la mirada.
-¡Me alegro! ¿No ha venido?
-Pues no… No me contesta al móvil y en su casa están todas las luces apagadas. Vamos que se ha olvidado que habíamos quedado y se ha puesto a dormir. – Dije cabreada.
-No digas eso, a lo mejor le ha pasado algo… - Laura me puso la mano en el hombro, consolándome.
-No lo creo, pero bueno da igual. ¿Vamos con ellas?
-¡Claro!

Nos levantamos de allí y fuimos dónde estaban las chicas antes pero ya no estaban allí así que entramos en el local que habíamos acordado ir, dónde sonaba la música a todo volumen. Laura y yo nos pusimos a hacer tonterías sacándonos fotos y a bailar como mejor sabíamos.

Laura me caía realmente bien y me sorprendía porque tenía una idea equivocada de cualquier ex. Pensaba que no me tragaría por celos o que me haría la vida imposible para que dejara a Luis, pero en vez de eso, nos habíamos pasado la noche juntas divirtiéndonos como nunca. Me había olvidado de que Luis me había plantado y del tema de Carla en general. Podía ser que me hubiese olvidado por la gran cantidad de alcohol que había tomado, pero fuera como fuese, me había olvidado.

Eran las cuatro de la mañana y no podía más. Me quité las cuñas y las dejé en una mesa del local y seguí bailando descalza.

-¡Tía se te va la pinza! ¿Y si te clavas algún vidrio?
-Pues me da igual. – Laura y yo nos reímos a la vez y me dejó sola para irme a buscar otra copa. Ella no había bebido casi nada.
-Mira a quien tenemos aquí, hola preciosa.
-¡Hola guapetón! – Corrí a abrazarlo. ¿Yo abrazando a Fer? Estaba muy borracha.
-Qué pena que no te acuerdes de esto mañana.
-¿De qué? – Me reí sin quererlo, efectos del alcohol. De repente me besó con intensidad, yo lo correspondí, ¿qué coño hacía? Me separé de él. – No te aproveches de mí. – Le dije poniéndole un dedo en los labios y riéndome sin parar.
-¿Yo? Para nada… - sonrió.- Te acompaño a casa, venga vamos.
-Pero yo quiero bailar… That's tonight gonna be a good night. – Me puse a cantar I gotta feeling, porque sonaba en ese momento en el local.

Fer le dijo a Laura que nos íbamos y ella se quedó con las demás. Salimos del local y yo seguía bailando como una loca, mientras Fer me miraba con esa sonrisa pícara.

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