domingo, 23 de mayo de 2010

Capítulo dieciseis.

Nuestros labios seguían rozándose, él esperaba a que yo le besara. Que va, no podía seguir resistiéndome a aquellos labios tan perfectos, opté por dejarme llevar, olvidarme de todo lo que había pasado con Fer. Ahora fui yo la que me iba acercando a él y...

- Eh... siento interrumpir. - No me lo podía creer, mi hermano. Luis se quitó de encima súper rápido, se puso rojísimo. - Sil, dice mamá que dónde vas a comer...-
Em.. dile que ahora voy y le digo. - Yo también sentí como mis mejillas se encendían.
- ¡Vale! - Y se fue.

Observé como mi hermano se marchaba, luego miré a Luis y nos echamos a reir.

- Que vergüenza, como se lo diga a tu madre...
- Más te vale que no, si no te espera una buena jaja.
- Buff... Bueno te todas formas no ha pasado nada ¿no?
- ... No, ni pasará pillín.
- Ya claro, por eso te estabas acercando a mí, bueno da igual, ya te besaré en otro mometo. - Me guiñó un ojo
- ¿Cómo? No te dejaré.
- Eso lo veremos.

En ese momento sonó mi móvil. Cogí y miré quien era, Fer. Me quedé un rato mirándolo, mientras sonaba. Luis apareció detrás mía y me dijo al oído:

- ¿No lo coges? - Le enseñé quien era, me arrebató el móvil de las manos y contestó él mismo.
- ¿Diga?
- ...
- No, Luis, ¿Qué coño quieres?
- ...- No quiere saber nada de ti ¿entiendes? Estamos tranquilamente en la playa.
- ...
- No hablarás con ella porque no lo permitiré.
- ....
- Que te den. - Colgó y me dio el móvil, yo estaba petrificada mirándole.
- ¿Q-Qué Quería?
- Hablar contigo. Y no le he dejado.
- Pero... ¿Tú quien te crees? ¿Y si quería hablar con él? Eres idiota joder ¡y además me confundes! ¡Y tampoco tienes derecho a estar intentando besarme cuando sabes que estoy mal por él! Gilipollas - Cerré los ojos para intentar relajarme. Él seguía a espaldas mías. Guardé el móvil en el bolso y me levanté. Tenía que buscar un sitio donde almorzar. Noté que me cogían de la mano.
- Silvia espera, todo esto tiene una explicación... No lo puedo evitar, desde que te chocaste conmigo aquel día, me tienes loco. Lo pasé fatal cuando vi el brillo en tus ojos al ver a Fer aparecer, el brillo que te faltaba cuando estabas conmigo. Porque no entiendo que le veías a ese gilipollas que te pone los cuernos a la primera de cambio, no entiendo porqué tienes que estar sufriendo si sabes que yo siempre estaré detrás tuya como un perro faldero, aunque ya sé que nunca me querrás como a él. Que también sé que saliste conmigo esos días para olvidarte de Pablo, Fer o quien sea. Eres única, puedes ser todo lo borde que quieras pero a la vez eres cariñosa, cuando te vi aparecer en la playa el otro día, tan preciosa... sentí que me daba un vuelco al corazón. por todo esto creo que te quiero.
- Luis... Yo... - Se me saltaron las lágrimas - Quiero que sepas una cosa, no salí contigo para olvidarme de esos, sino porque me gustabas muchísimo, hasta el punto de creer que te quería, porque contigo era diferente, me olvidaba de los problemas, me hacías sentir especial y eso me encantaba. Y sí, sufro por ese gilipollas porque Fer, el año pasado me decía tantas cosas bonitas como las que me estás diciendo tú ahora y mira como ha acabado - Lloré mas fuerte - ¿Cómo sé que cuando me vaya no harás tú lo mismo? Que veas a una surfera que esté buenísima y te vayas con ella ¿eh?
- Silvia, eso nunca lo sabremos pero si sé lo que siento ahora, y no lo había sentido por nadie, y si Fer te quería como yo ahora, puedo jurarte que no te hubiera puesto los cuernos. - Lo abrazé.
- Yo sólo quiero olvidarme de Fer.
- Yo podría ayudarte. - Me miró con intensidad y me secó las lágrimas.
- No sé Luis, deja que piense un poco...
- No.
- ¿Qué?
- Que te calles.
- ¿Pero de qué vas? Tú...

No pude acabar la frase porque sus labios se juntaron con los míos con dureza, yo intenté librarme de sus brazos, que ahora estaban en mi cintura, pero no pude, pensé en morderle, pero no. Le di de golpes en su pecho pero tampoco reaccionó. Ahora que lo pensaba, añoraba sus besos, tan salvajes pero a la vez tiernos... Al final me dejé llevar, nuestros alientos hacían una mezcla perfecta. Fue perfectísimo, estaba en lo mejor del beso cuando él se separó y me miró. Me sonrió, yo hice lo mismo y esta vez fui yo quien lo besó.

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