sábado, 22 de mayo de 2010

Capítulo siete.

- ¡¡¡¡¿FER?!!!! ¡Dios mío cuanto tiempo!

Era Fer, el chico del que había estado enamorada un año entero, el primer chico del que me había enamorado de verdad, el chico al que tuve que dejar porque nuestros destinos se separaban. Él... no me lo podía creer, tanto tiempo soñando este momento, soñar con volver a ver sus preciosos ojos verdes, su pelo rubio, su cuerpazo, pero ya era tarde, él tenía novia y yo... creo que también estaba ocupada.

- ¡Sil no te puedes imaginar cuanto te he echado de menos! - Me levantó y me dio un fuertísimo abrazo, lo añoraba.
- ¡¡¡Joder y yo!!! - Notaba mi mejilla húmeda, pero no le di importancia, dejé a Luis ahí sentado, con la boca abierta, había decidido que más tarde se lo contaría.
- ¡Me quedo hasta finales de agosto aquí! Me tienes que contar todo, pero todo lo que te ha pasado... ¡estoy súper emocionado! Esta noche hay una fiesta en la playa, te vendrás ¿no?
- ¡Por supuesto! Yo me quedo hasta mediados de agosto.- Y me quedé un rato hablando con él, después de mucho tiempo, era feliz del todo.

Me había contado que ya no estaba con su novia, yo le conté lo de Pablo, pero también lo de Luis. Ya eran las dos de la tarde cuando mi madre se asomó por la ventana y me dijo que el almuerzo estaba listo y que entrara ya. Me despedí de Fer, que por casi nos damos un pico y se fue. Busqué a Luis pero me supuse que se había ido a su casa porque no estaba por ningún lado, que raro.
Ya estaba almorzando con la familia cuando me entró un sms al móvil, era de Fer recordándome que tenía que ir a la fiesta sí o sí. Sonreí. Era tan mono... Pero ¿y Luis? Él era... perfecto y tenía que aclarar las cosas con él.
Al terminar de almorzar, fui a tirar la basura y de paso, toqué en la puerta de la casa de Luis, me abrió un señor un tanto mayor, quizá su abuelo.
- Buenas tardes, ¿está Luis?
- Sí claro, pasa. ¿Eres su novia?
- Eeeh.. mmm.. no lo sé - Era la verdad.
- Jajaja, estos chicos de hoy en día... - ¿Por qué todos los viejitos dicen lo mismo? Me ponen de los nervios - Luis está arriba.- Gracias - Subí por unas escaleras muy espaciosas justo al lado de la sala estar. La casa era enorme, con decorados de pared que encajaban a la perfección con los muebles.
Entré en su habitación, tenía posters de playas y grupos de música en la pared. Me di cuenta de que su ventana daba en frente justo de la mía. Luis estaba tumbado en la cama, boca abajo.

- ¿Luis? - Se sobresaltó y se giró hacia mí.
- ¿Qué haces aquí?
- Quería hablar contigo... ¿por qué antes te has ido?
- No pintaba nada allí, ¿quién era ese?
- Mi ex, ¡no lo veía desde el año pasado! - Se le hicieron los ojos enormes de golpe. - Qué te crees, ¿que me voy a liar con él? Ni loca - Mentí.
- No lo sé, a mí solo me conoces de hace varios días, lo entenderé si quieres dejarme...
- No seas bobito anda.

Me senté junto a él y le besé tiernamente, nos estuvimos besando un largo rato, me gustaban tanto sus besos...

- Vendrás a la fiesta de esta noche en la playa conmigo ¿no?
- Solo si tu quieres, preciosa.
- ¡Pues claro! Bueno me tengo que ir y pensar en qué ponerme. ¡No me eches de menos!
- Eso será difícil... - Y me cogió y me dio un beso alucinante.

Salí por la puerta pensando en el beso que me acababa de dar Luis, realmente estaba bastante confundida... El primer chico del que me enamoré contra el chico que me hacía sentir única y feliz a cada momento. Esa noche en la fiesta... iba a ser todo muy confuso e incómodo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario