domingo, 23 de mayo de 2010

Capítulo once.

- ¿Luis? - Imposible, acaba de salir de su casa, sonreí aun más.
- No - Fer me quitó las manos de los ojos y me miró con cara de pocos amigos. Yo me empezé a reir.
- Sabía que eras tú tonto. ¿A qué viene esto?
- Te quería dar una sorpresa... e invitarte a hacer una cosa.
- Mmm.. yo te tengo que decir algo.
- ¿El qué?
- Ya está todo solucionado con Luis, ¡somos amigos!
- ¡Qué bien! - Una sonrisa de oreja a oreja apareció en su cara.
- Eso no significa que tú y yo tengamos algo, pillín. - Mentí. era lo que más deseaba.
- Claro, claro... Lo que te iba a decir, esta rosa es para ti - La cogió del suelo y me la dio.
- Es preciosa - sonreí.
- No más que tú. ¿Te vienes a hacer surf conmigo?
- Hacer surf... ¿yo?
- Claro, yo te enseño.
- Pero es tarde ya... además mi madre me dijo que tenía que estar pronto en casa.
- ¡Qué forma de darme largas eh!
- No, no... yo quiero pero...
- Pregúntale a tu madre por fa, para recordar viejos tiempos con el atardecer. - Cuando dijo esa palabra no dude en decirle que sí, tenía tantas ganas de estar con él en la playa...
- Mmm, ¡vale! espera aquí - Le di un beso en la mejilla y entré en casa.

Le pregunté a mi madre si me dejaba ir con un viejo amigo a la playa a "hacer" surf. Me preguntó qué viejo amigo y se lo dije, enseguida me dijo que sí, parecía que le gustaba Fer para mí... ¿y a quien no? Que bien. Cogí lo esencial para ir a la playa y me decidí a salir por la puerta.

- ¡Vuelve pronto! Te llamo a eso de las nueve para que vuelvas, ¿vale?
- Si mamá, lo que tu digas. - Salí y Fer estaba esperándome.
- ¿Nos vamos?- Me dijo.
- Claro, pero si vamos a hacer surf... ¿dónde está tu tabla?
- Nos espera en la playa hace rato. - Se rió.
- ¿Y si no llego a ir?
- Te habría convencido de todas formas - Dijo acercándose a mí, podía sentir su respiración, me temblaban las piernas.
- Já, no lo creo guapito de cara, venga vamos. - Uffffff

Llegamos a la playa y habían unos cuantos chicos con sus tablas de surf preparadas, las olas eran enormes, ya entendía porqué iban a esa hora, también habían chicas, que valientes eran.
- Hola, esta es Silvia, una vieja amiga.
-¡ Hola Silvia! - Me dijeron todos a la vez, Fer me los presentó a todos y cada uno de ellos, se me olvidaron los nombres al segundo.

Después Fer se quitó la camiseta y me quedé flipando, tenía mejor cuerpo que el año anterior, me sonrojé y él parecio que me había visto, mierda.

- ¿Qué miras? - Dijo sonriendo.
- Ehh.. nada jeje - Disimulé como pude.
- Venga vamos al agua y te enseño como se hace surf.
- Vale...

Nos fuimos al agua y los dos nos sentábamos en la tabla y cuando venía una ola nos levantábamos, como era obvio, nos caíamos, pero no podíamos parar de reír. Ya era tarde cuando le dije de salir del agua, él me dijo que le esperara, que el iba a seguir practicando un rato. Lo hacía verdaderamente bien. Me sonó el móvil, seguro que era mi madre para que volviese.

- ¿Sí?
- Hola soy Luis
- Eh hola Luis... ¿cómo tienes mi número?
- Me lo dio tu hermano, muy simpático por cierto, te llamaba para decirte que si podemos quedar mañana. Tú y yo solos no claro, llévate a Fer y él que lleve a sus amigos, a algunos los conozco.
- Mmm.. ¿mañana? creo que no puedo... me voy con mi famila a otra playa - En ese momento llegaba Fer del agua, me miró extrañado.
- Oh que pena... Bueno pues ¿pasado te parece bien?
- Ya veré si tengo planes, cuando lo sepa te digo ¿vale?
- Vale, ¡adiós guapa!
- Jaja adiós. - Colgué.
- ¿Quién era? - Preguntó Fer.
- Luis, para que quedemos un día.
- ¿Vosotros solos? - Me miró con cara de pánico.
- No bobo, contigo y tus amigos también.
- Ah vale... ¿damos un paseo?
- ¡Claro! Tus amigos ya se han ido..
- Ya veo ya... oye Sil.
- Dime.
- ¿Podría pasar algo entre nosotros en el tiempo que estemos aquí?
- Mmm no lo sé Fer, cuando te fuiste lo pasé muy mal... y si me pasara lo mismo, me moriría.
- Vale... Te tengo que dar una noticia.
- Suéltala.
- Me mudo.
- ¿A dónde?
- ¡A aquí!
- ¿QUÉ? ¿En serio? ¡No me lo puedo creer! - Me tiré a sus brazos, aunque todavía seguía algo mojado. - ¡Estaremos súper cerca!
- Sí... por eso, te pregunto otra vez, ¿podría pasar algo entre nosotros?
- Mmm.. no lo sé. - Me separé de él y me hice la dura.
- ¿No sabes? - Se sorprendió.
Yo salí corriendo por toda la playa, pero él me alcanzó y me agarró por la cintura.
- ¿Y si te digo que te quiero? - Dijo acercándose a mis labios.
- Si me lo dices de verdad... - Me acerqué aun más a él.
- Te quiero Sil.
- Te quiero Fer.

Y me besó. Su boca sabía a mar, sus besos eran diferentes a los del año anterior, tenían más madurez, pero me volvían loca. Llevábamos un rato besándonos cuando me sonó el móvil. Joder, que oportuno.


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