domingo, 23 de mayo de 2010

Capítulo veinte.

Lo único que podía oir eran los gritos de la gente, que parecía que se divertían. La música estaba demasiado alta, me retumbaban los oídos y me dolía la cabeza, Fer y yo salimos del bar, allí todo era más tranquilo.

- Silvia, yo... - Se cortó.
- ¿Qué?
- ¿Me quieres? - Que pregunta más absurda, se me notaba en la cara que estaba desesperadamente enamorada de él.
- Ya no - Mentí.
- Si me quisieras, podrías olvidar lo que ha pasado, yo no sabía lo que hacía, había bebido mucho y... yo te necesito. - ¿Éste se cree que soy tonta? Luis lo había visto anteriormente con la tía esa. No podía dejarme llevar, no podía ni mirarle a los ojos, sino, estoy segura de que haría todo lo que me pidiera.
- ¿Me necesitas? Si me necesitases no te hubieras liado con esa. Y cuando yo te vi, no fue la primera vez ¿Me equivoco?
- Pues... yo... esto... - Se quedó con los ojos como platos, eso si que no se lo esperaba.
- Eres un gilipollas ¿Te crees que puedes estar con miles de estúpidas a la vez? Sí, podrías, pero conmigo ni lo intentes. Me he dado cuenta de una cosa, que lo nuestro el año pasado fue estupendo, maravilloso, demasiado bonito... ¿Y si cuando me decías que tenías que ir a ayudar a tu padre, te liabas con muchas otras y yo como una idiota, pensaba en ti? ¿Sabes lo que te digo? Que me has ayudado muchísimo, porque ahora sé lo que es el amor. - Noté mis mejillas húmedas, mierda.
- Silvia lo siento, yo te quería pero...
- Yo también - Salí corriendo hacia el bar, necesitaba a Carla, y sobre todo a Luis.

Los encontré bailando, el uno muy pegado al otro, con unas sonrisas muy pícaras. Lo que me faltaba. Lloré aun más fuerte. Luis me vio, pero yo me eché a correr en sentido contrario, me alcanzó, siempre lo hacía.

- Silvia ¿Qué ha pasado? - Me giré hacia él, intenté secarme las lágrimas, que más que lágrimas, era rímel corrido.
- Nada... He hablado con él y le he dejado las cosas claras...
- Vale... ¿Y cómo estás tú? - Le miré con intensidad, no hicieron falta palabras.- ¿Qué tal con Carla? Os veo muy unidos... - Miré hacia otro lado.
- Como tú no venías nos pusimos a bailar ¿Pasa algo?
- No nada, solo que Carla busca a alguien con quien liarse para olvidarse de su ex. - Esas palabras lo decían todo de mí.
- Como tú. - Me sonrió.
- No... yo no... quiero liarme contigo. - Menos mal que había poca luz, así no podía ver que me había puesto roja.
- Eso lo dices hoy, ya veremos mañana.

En ese momento cruzaba la puerta Fer, venía hacia nosotros, mierda tenía que hacer algo. Vi a Luis tan cerca de mí, tan apetecible... Me lancé sobre él y junté sus labios con los míos. De reojo vi que Fer se quedaba sorprendido y daba la vuelta para marcharse. Ufff. Solté a Luis que me miraba con cara de... ¿Entusiasmo?

- Joder, lo llego a decir más pronto... - Rió.
- No te flipes, es que venía Fer, tenía que hacer algo.
- ¿Crees que puedes usarme cuando quieras?
- Sí... eso habíamos acordado.

Le sonreí, él hizo lo mismo. Lo volví a besar, esta vez de verdad, me encantaban sus besos. Él se apartó de mí y miró a todos lados.

- No veo a Fer por ninguna parte...
- Yo tampoco - Nos sonreímos y él fue quien me besó esta vez.

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